miércoles, 17 de octubre de 2012

8º Capítulo – Eva



Kaliste no podía creer todo lo que le estaba pasado. Se sentía como nunca antes lo estuvo, tan querida, tan idolatrada por las miradas ajenas y por Erik… el cual le estaba suponiendo un problema. Ella por un lado querría estar con él y pasar tantas tardes como la anterior, pero no era ella la que estuvo junto a él, no era ella a la que casi besa, no era ella a la que miraba a los ojos y quedando deslumbrado… Nada era de ella salvo las lágrimas que emanaban de sus ojos. Ella por mucho que quisiera no lo había olvidado y él parecía haberlo hecho una y mil veces. Y no podía evitar pensar que quizás no fuera solo su físico lo que le atrajo sino, su personalidad por la cual no paró de decirle se parecía a la que una vez fue. Intentando por todos los medios con este razonamiento quitarse de la cabeza que existiera la temida posibilidad de haberla olvidado… Pero más allá de todo ello había un problema, una incógnita más importante:” ¿Cuánto duraría todo esto?”
- Porque ¿y si no llego a encontrar el amor verdadero de Evolet? Y más aun ¿cómo sabré quién le corresponde sin yo ser ella realmente? No puedo hacer esto. Es imposible, yo no soy nadie para encontrarle solución sola a la catástrofe que se cierne sobre mi mundo, a la vida de una desconocida, a ser capaz de solucionar mis propios conflictos internos…, no puedo amar a Erik, no puedo ser yo. 
A Kaliste cuando algo le rondaba mucho la cabeza, crear frases en su mente que aparentemente poca relación tienen con el pensamiento…Pero el caso es que ella en este tipo de situaciones le gustaba explayarse con ellas en un papel intentando darle forma a sus frases de caos. Pero incluso a ella misma le costaba entender esas frases. Únicamente las escribía por el hecho de que sonaban bien. Como si detrás de palabras incongruentes cupiera la posibilidad de encontrar algo con sentido. Y así era. Pero la única que podía descifrar todo aquello era su madre.
Por lo que Kaliste paso la tarde escribiendo y escribiendo. Muchísimas frases, dibujos enlazados y a unión con todo ello escribió la tarde en que vio a Erik. La cual estaba tan llena de magnificentes, de idealizadores, que poco se acercaban a la realidad. Demasiados sentimientos y reacciones en un solo día…
No le apetecía salir, ni moverse, ni nada… Se quedaba sentada contemplando desde su cama la ventana donde el viento seco movía las cortinas grises de seda. Recordó y sintió más que nunca la ausencia del “color” en su mundo. Lo que Erik le hizo olvidar por completo. Este pensamiento le apretó el pecho haciendo forzosa la respiración y vacío en su estómago. Se levantó rápidamente haciendo el amago de tirar contra la pared lo primero q vio, pero al levantarse vio por la ventana que Erik se acercaba a su casa, y rápidamente cerró las ventanas y corrió las cortinas.
-Pero ¿Qué narices hace este aquí? dijo muy enfurecida.
Comenzaron a golpearle mil pensamientos en la cabeza. Pero ninguno le dejaba claridad, todos eran rápidos desbarajustes emocionales. Entonces llamaron a la puerta.
(El padre abre la puerta) –Hombre hijo pero ¡cuánto tiempo! ¿Qué te trae por aquí?
- Pues verá necesito hablar con su hija señor. Creo que nuestra amistad amenguo con el paso del tiempo y me gustaría recuperar la….bueno el tiempo perdido quiero decir…
- Estúpido lo único que quiere es averiguar si yo puedo llevarle a Evolet… ¿Cómo puede tener la desfachatez de presentarse solo para eso? ( Kaliste mira desde las escaleras lo que ocurre comentando entre dientes)
Entonces su padre mira hacia arriba y la ve. Kaliste le hace un señal para que le de largas, pero este no lo termina de comprender.
- Bueno…no quisiera ser insistente…
- ¡Oh! no no  voy a llamarla. ¡Kalistee!
Entonces ésta desde las escaleras le lanza una pelota a la espalda y le hace un gesto diciendo que estaba loco señalándose de arriba abajo para que se dé cuenta de que no es la misma. Al padre le entra la risa.
- Perdone ¿qué es lo que tiene tanta gracia? 
- Jajaja nada, disculpa hijo, pero… hoy no es un buen día para que la veas. Es decir, jajaja que no está aquí. Jajaja Bueno hijo siempre es un placer.- Cierra la puerta y sigue riendo.
Erik no entiende nada. Y se pregunta por qué no para de llamarle hijo, algo que le da mucho coraje. 
Kaliste baja las escaleras y va hacía su padre que aun ríe.
- Jajaja ¡qué puntazo ha tenido todo esto! ¿Te imaginas que se me olvida que no eres tú? Es decir…bueno ya me entiendes.
- Papa, esto no tiene ninguna gracia. No sé tú, pero yo no sabría explicar que ya no exista y que haya otra persona en mi lugar que entre y salga de aquí.
- No pretenderás que cambiemos de casa. Diremos que ha sido la pubertad que te ha cambiado jajajaja
- ¡No! Papa esto es muy delicado, y no es como para tomárselo a broma. ¿Qué crees que dirá mama cuando vuelva de su viaje y vea a una hermosa jovencita en tu casa? Se volverá loca de celos y te hará mil preguntas y tú le contestaras... ¿Qué ha sido la pubertad?
- (Después de un silencio)…Tu madre…me va a matar.
- Tranquilo a pesar de todo yo no he sido como tú y he querido ser previsora. Se me ha ocurrido que podemos decirle que ha sido como un intercambio para aprender el idioma de aquí. Y yo hablaré francés como mama no tiene ni idea no se dará cuenta de que no soy nativa.
- Puede que salga bien… Pero, ¿y si quiere llamarte?
- Le diremos que únicamente puede comunicarse conmigo por correspondencia y le haré cartas todos los días.
- Bueno y ¿durante cuánto tiempo será esto Kaliste? 
- (En silencio)…No lo sé Papa…no lo sé.

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